domingo, 8 de junio de 2014

APUNTES SOBRE HERMETISMO.

Hermes, hijo de Zeus y de la pléyade Maya, es una deidad intermediaria que transmite a los humanos las ideas divinas y las interpreta. Es también el psicopompo que guía a las almas, el despertador de la conciencia, el creador de la cultura y el inventor del lenguaje y las Artes. Al mismo tiempo es el curandero divino, el patrono de los viajeros y comerciantes y el inspirador de la Filosofía.

Hermes es el promotor de las ciencias cosmogónicas, como la astrología-astronomía, la alquimia, la teúrgia, la magia natural, el simbolismo geométrico y numérico, la música y todas las artes y artesanías ligadas a esas ciencias tales como la arquitectura, síntesis de todas ellas que tuvo en Europa, bajo los auspicios del Hermetismo, un particular desarrollo durante la Edad Media, el Renacimiento y hasta bien entrado el siglo XIX.

Las ciencias y artes que Hermes promueve se basan en las correspondencias y analogías que existen entre los tres planos o mundos que constituyen la totalidad de la Existencia universal: el mundo del Espíritu, el mundo del Alma o intermediario, y el mundo Físico o corporal.

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La Tradición Hermética constituye lo más medular de la cultura de Occidente y se ha expresado a través de las Artes Liberales así como del arte de la construcción y la Alquimia. Las primeras se ocupan de la recepción de la palabra oral y escrita -que en el caso de las tradiciones auténticas siempre ha sido considerada como revelada a los hombres por los dioses- y de su correcta interpretación y utilización (Gramática, Lógica y Retórica), así como de la Matemática, la Geometría, la Música y la Astronomía, todas ellas ciencias simbólicas que nos enseñan acerca de la jerarquía, la armonía y el ritmo de la creación entera y nos otorgan los principios de la Cosmogonía, necesarios para el pensamiento se pueda elevar a las regiones de lo metafísico. En cuanto a la Arquitectura, ésta aplica el conocimiento de las leyes del Cosmos al alzado de edificaciones, y constituye un soporte para la construcción interna del ser. En este sentido, existe una analogía perfecta entre el simbolismo constructivo y el simbolismo alquímico en relación con la transmutación del alma.

"Su astucia y su inteligencia práctica, su inventiva (fue el descubridor del fuego), su poder de hacerse invisible y de viajar a todas partes en un abrir y cerrar de ojos, anuncian ya los poderes de la sabiduría y sobre todo del dominio de las ciencias ocultas, que más tarde, en época helenística, pasarán a ser cualida-des específicas de Hermes. El Dios que se orienta en las tinieblas, que guía a las almas de los muertos y circula con la velocidad del relámpago. Visible o invisible, refleja en última instancia una modalidad del espíritu; no sólo la inteligencia y la astucia, sino también la gnosis y la magia".

                                                         Mircea Eliade, "Historia de las Creencias y las Ideas Religiosas".

En todas las culturas existen deidades intermediarias análogas a Hermes. Entre los egipcios es Thot, dios de la Sabiduría y de la Ciencia, "Maestro del Tiempo", "Verbo sagrado" y "Escriba de los dioses" que rige los movimientos de las esferas celestes y enseña a los hombres el cómputo de los calendarios, la escritura jeroglífica, la magia, las leyes y la matemática. En las tradiciones del Libro (judía, cristiana y árabe) se corresponde con el arcángel Rafael y también con Enoch y Elías, el propio Cristo y el profeta Idrish. Entre los romanos, Hermes toma el nombre de Mercurio. Esta misma entidad es simbolizada por el planeta y el metal del mismo nombre.

Si el día de Mercurio es el miércoles, en las culturas nórdicas, germánicas y escandinavas ese día es el de Odín o de Wotan, divinidad que comparte algunos de los atributos de Hermes: regula la vida de los hombres, posee las artes mágicas e inventa las primeras letras. En las culturas precolombinas de América también encontramos una deidad semejante, llamada Quetzalcóatl en el mundo náhuatl; Kukulcán, Gucumatz y Votan en el maya; Bochica entre los chibchas, y Viracocha en el ámbito inca.

"La Tradición Hermética, es decir el esoterismo occidental, se ha mantenido vivo desde sus orígenes egipcios y griegos y forma parte de la columna vertebral de nuestra cultura. La larga lista de los iniciados, desde los textos que los testimonian en los jeroglíficos egipcios y en los escritos griegos, incluyendo a Orfeo, Pitágoras y Platón, son los maestros de esta Tradición ligada directamente con la divinidad Thot-Hermes y su proyección filosófica en Alejandría en el s. III y hermético-alquímica en la Edad Media y el Renacimiento, continuando hasta nuestros días. La Tradición Hermética es, junto con los demás valores culturales que conforman el pensamiento occidental, incluidas las religiones que coexisten con él, la vía iniciática por excelencia para todos aquellos que han nacido o viven en Occidente y tienen las estructuras de su impronta cultural. La Tradición Hermética, cuya característica es la versatilidad con respecto a la rigidez y legalidad de otras tradiciones dogmáticas, es la posibilidad de encarnar los Misterios Menores, es decir la reintegración del Hombre Verdadero, y de sus posibilidades supra-humanas, tal cual fue en el origen, en un Paraíso anterior a la caída".

                                                           Federico González, fundador del CES de Barcelona.
                                               
Fuente: CENTRO DE ESTUDIOS DE SIMBOLOGIA. http://cesbarcelona.com/

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