El Grande Oriente Español, fundado en 1889, retomó su presencia pública en España en 1977 y sometió su legalización a la Justicia poco después de la aprobación de la Constitución. La autoridad gubernativa había denegado la inscripción en el Registro Nacional de Asociaciones alegando que la Masonería no respetaba los límites de la Ley de Asociaciones de 1964, que tenía un carácter secreto expresamente prohibido por la Constitución y que el artículo 22 de la Carta Magna aún no había sido desarrollado.
Frente a estos argumentos, primero la Audiencia Nacional y luego el Tribunal Supremo de forma irrevocable, reconoció en su sentencia número 47.103 el derecho de la institución a una plena existencia legal sin que a ello pudiese oponerse "una vieja concepción constitucionalista no recogida en el actual texto básico, regulador de la convivencia nacional". "No se ha acreditado el secreto de la asociación citada" ya que "todas cuantas alegaciones se han efectuado al respecto carecen de fundamento", añadía el Supremo en su sentencia de 1979.
En 2001, la Gran Logia de España, reconocida como asociación en 1980 y masónicamente en 1982, y el Grande Oriente Español quedaron indivisiblemente unidos, reuniendo así en una sola institución a la depositaria de la historia de la Masonería Española con la garante de la regularidad masónica y el reconocimiento internacional en nuestro país.
Fuente: http://us7.campaign-archive1.com/?u=4406fe7d64e95e62cb07ce8d9&id=6dcae3fc9e
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